Buenos días, Señor.
Acudimos a ti, con nuestra alabanza,
En nuestro primer acto del día.
Antes de comenzar las clases
Antes de nuestro trabajo,
Queremos saludarte.
Nuestro saludo es más que un saludo.
Es un decirte que te queremos,
Que queremos seguir tus huellas,
tu camino, tu mensaje.
Que sabemos que Tú puedes
iluminar nuestro día.
Saludarte es también comprometernos contigo.
En tu seguimiento, en el servicio
de nuestros hermanos.
En hacer un mundo mejor.
Este es nuestro deseo que expresamos en nuestro saludo.
Buenos días, Señor.
Texto: P. Agustín Riveiro