Te alabamos por la acción de tu Espíritu en los profetas, en los reformadores, en los educadores, en los revolucionarios, en los santos y en las santas, en todas las personas buenas...
Que tu Espíritu nos de fuerza para luchar por la verdad, la justicia y el amor,
luz para comprender a todas las personas, ayuda para servir, generosidad para amar,
solidaridad para vivir, paciencia para esperar.
Padre, que tu Espíritu sople sobre la Iglesia, dándole unidad y nueva sabia evangélica;
que traiga la libertad, la igualdad y la fraternidad a todos los pueblos, razas y naciones.
Y, finalmente, haznos sensibles a la acción de tu Espíritu en el mundo y en la historia.
Ayúdanos a descubrirla en la ciencia, en la cultura, en el trabajo, en la técnica, en todo aquello en que el ser humano y el Espíritu preparan conjuntamente el alumbramiento de los nuevos cielos y la nueva tierra.
Por Jesucristo, nuestro Señor.