Estad siempre alegres en el Señor;
os lo repito, estad alegres (San Pablo. Flp 4,4).
Estoy tan lleno de consuelo que la alegría supera
todas nuestras tribulaciones (San Pablo. 2Cor 7,4).
Alegraos, sí, de que vuestros nombres estén inscritos
en el Libro de la Vida, en el cielo (Jesús de Nazaret).
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios (María de Nazaret).
La alegría de Dios es Jesús, imagen del Padre,
quien nos la mostró. ... Es la alegría del cielo (Lucas 15,7).
... Es la alegría entre los ángeles (Lucas 15,10).
... Es la alegría de Dios (Lucas 10,21).
La alegría del corazón -la alegría interior-
es la vida de la persona;
la alegría -la dicha- le alarga los años.
(Biblia. Eclo 30,22).