Padre misericordioso, tú nos dices que las prostitutas y los publicanos van por delante en el reino de Dios. Sí, nos adelantan por la derecha.
En muchas ocasiones nos alejamos de ti creyéndonos mejores, superiores, dignos, elegidos por ti. Despreciamos al otro, a los otros. Y viviendo así, nos adelantan por la derecha.
Tú nos invitas a reconocer nuestro pecado contra ti y nuestro prójimo.
Siempre nos esperas, nos llamas a volver a tu amor, que no tiene fecha de caducidad. Tú no quieres que nunguno de tus hijos se pierda, sino que vivamos en tu presencia y gocemos con tu salvación.
Gracias Padre, cada día nos regalas una nueva oportunidad para convertirnos a Ti.
Señor nuestro, ayúdanos a creer en tu Hijo Jesús, a decirle cada día Sí, acogiendo su Palabra y acogiendo al prójimo (compañero, vecino, amigo, desconocido) que viene a nuestro encuentro.
Que la fe en tu Hijo oriente nuestro sentir y pensar, nuestro decir y actuar.