Señor, enséñame a vivir con mis luces y sombras,
mis momentos dulces y coléricos,
mis risas y mis lágrimas,
mi pasado y mi presente.
Concédeme el arrepentimiento de Pedro.
reencontrándose en el silencio de tu mirada,
lleno de ternura y piedad.
Y si tengo que llorar, que no sea sobre mí mismo
sino sobre tu amor ofendido.
Dame el coraje de salir de mí mismo,
Dime que todo es posible para el que cree.
Dime que todavía puedo curarme en la luz de tu mirada y tu palabra.
Michel Hubaut