DESPEDIDA A UN SER QUERIDO
Ante la despedida de un ser querido,
caben diversas reacciones, unas ‘espontáneas’
y otras de carácter más reflexivo…
… podemos dejarnos llevar por el llanto
y sumergirnos en el reino de la desesperanza
o interiorizar el dolor y pensar que el difunto
ha concluido su ciclo.
… podemos rebelarnos con amargura
o guardar silencio y centrarnos en lo mucho que ha vivido.
… podemos dejarnos impresionar por la ausencia obligada
o recordar al difunto en una secuencia de vida
con imágenes de su amabilidad, su sonrisa,
su sentido del deber, su capacidad de trabajo,
su amistad firme y expansiva
y su compromiso de amor a la familia…
… podemos abandonarlo al destino fatal
o imaginarlo en manos de Dios,
que lo recibe y glorifica.
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Entre llorar con amargura y recordarlo con esperanza
es más inteligente elevar los ojos al Dios de la vida
y sosegar el ánimo pensando que el difunto
está en condiciones más favorables,
en el reino de la luz y de la paz.
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Serafín de la Hoz Veros.