¿Para qué?

Escrito el 06/05/2024


 

Nos das el pan, la paz y la palabra.

Nos das la vida, el horizonte, y el sentido.

Te nos das entero, no para que te apresemos entre las tapas de un cuaderno,

convertido en memoria íntima y exclusiva, ni para engrandecernos,

saciando nuestro anhelo de hondura y trascendencia.

No para dar motivo a nuestras causas y música a nuestro paso por la tierra.

Que todo eso sirve, sí. Pero no basta.

Mientras haya un hogar sin pan, habremos de partirnos, a tu modo.

Mientras falte la paz en un rincón, tendamos las manos abiertas.

Mientras alguien te ignore, seamos eco de tu Voz.

Hay que regalarse en vida, ofrecer el horizonte, apuntar a tu reino, gritar tu nombre.

No por deber o deuda. Por amor.

Que el amor, cuando se encuentra, se comparte. Y la fe, cuando se vive, se contagia.

 

José María Rodríguez Olaizola, Sj