"Sistemas de salud sólidos, eficientes y equitativos, arraigados en las comunidades"
El año 2017, la Organización de las Naciones Unidas decretó que el día 12 de diciembre de cada año se celebrase el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal (CSU).
Anteriormente, en el año 2012, la Asamblea General de Naciones Unidas había aprobado una resolución para que los países fueran caminando hacia dicha cobertura universal para todos sus habitantes.
Esta CSU está basada en el derecho que aparece en el n. 25, apartado 1, de la Declaración de los Derechos Humanos y que dice así:
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.
La CSU consiste en que todas las personas tengan acceso al conjunto de servicios de salud de calidad que necesiten, cuando y donde los necesiten, sin sufrir dificultades económicas por ello. Este CSU abarca todo el espectro de servicios de salud esenciales, desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos.
Para cumplir todo esto, los países deben contar con sistemas de salud sólidos, eficientes y equitativos, arraigados en las comunidades a las que hacen llegar sus servicios.
De ahí que, la Atención Primaria de Salud (APS) es la forma más eficaz y menos costosa de conseguirlo. Cada país sigue un camino diferente para lograr la CSU y decidir qué coberturas ofrecer en función de las necesidades de su población y los recursos disponibles.
Invertir en la APS garantiza que todas esas necesidades se determinen, se prioricen y se aborden de forma integrada; que haya un personal de la salud y asistencial sólido y equipado; y que todos los sectores de la sociedad contribuyan a hacer frente a los factores ambientales y socioeconómicos que afectan a la salud y el bienestar, lo que incluye prepararse y responder frente a emergencias y recuperarse de ellas.
Más allá de la salud y el bienestar, la Cobertura Sanitaria Universal contribuye a la inclusión social, la igualdad, el fin de la pobreza, el crecimiento económico y la dignidad humana.