"Crear conciencia y sensibilizar a la población mundial"
El 9 de noviembre de cada año se celebra el Día Mundial de la Adopción. El origen tiene lugar en Los Ángeles (EE.UU.), el año 2014, por iniciativa del fundador de la plataforma de crowdfunding Adopt Together. Dicha plataforma de financiación colectiva sin ánimo de lucro es la más grande del mundo para la adopción.
Un huérfano es un niño cuyo padre, madre o ambos progenitores han fallecido. De los 170 millones de huérfanos que viven en los países en vías de desarrollo, UNICEF estima que unos 15 millones han perdido a ambos progenitores.
Estos huérfanos, no son necesariamente niños o niñas de corta edad. Los datos sugieren que, de hecho, la mayoría de los huérfanos en todos los países son adolescentes. Esto dificulta mucho más su situación, ya que con estas edades no suelen ser acogidos o adoptados.
Por eso, la celebración de este día tiene dos objetivos. Por una parte, crear conciencia y sensibilizar a la población mundial acerca de la importancia de la adopción de cualquier niño o niña huérfano, sin tener en cuenta su raza, edad, estado físico o emocional. Y, por otra, conseguir fondos para apoyar a las familias que lo necesiten en el proceso de adopción.
Las principales causas que provocan la orfandad son la epidemia del SIDA, los desastres naturales, el hambre y/o la guerra. También la pobreza extrema, las enfermedades, los abusos y el incesto pueden romper el núcleo familiar y, como consecuencia de ello, los niños son abandonados.
En muchos casos, los huérfanos viven en la calle. Allí, sus condiciones de vida y actividades diarias son extremadamente perjudiciales para su salud, debido a las peleas callejeras, las drogas, los embarazos, las enfermedades de transmisión sexual, la malnutrición, y las pésimas condiciones laborales.
Por citas algunas cifras: alrededor de 71 millones de huérfanos viven en Asia, de los cuales 31 millones están en la India, 59 millones en África y casi 9 millones en Latinoamérica y el Caribe.
Junto con la adopción de niños/as del propio país, está también la adopción internacional. La Convención de la Haya de 1993 sentó las bases de la protección infantil y la cooperación internacional, permitiendo a los huérfanos ser legalmente acogidos por una familia fuera de su país de origen.