"Cuidar a la cuidadora o al cuidador"
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) decide en el año 2014, que el 5 de noviembre de cada año se celebre el "Día Internacional de las Personas Cuidadoras" o también conocido como el "Día del cuidador".
El objetivo de esta jornada es sensibilizar, concienciar y llamar la atención sobre la labor, muchas veces silenciosa, que día a día realizan millones de personas que cuidan de otras. Reconocer el trabajo que llevan a cabo cuidando a las personas mayores o a aquellas otras que, tengan la edad que tengan, son dependientes de alguien que les ayude a cubrir sus necesidades básicas para mantener la vida, y una vida digna.
Entre los cuidadores y cuidadoras tenemos dos clases. Una, la formada por aquellos que se han preparado para ello, que son profesionales acreditados en la materia y que reciben una remuneración por el servicio que prestan. Y, otra, los cuidadores o cuidadoras que se ofrecen a hacer este trabajo de forma gratuita, siendo principalmente familiares de la persona que requiere la ayuda.
Dentro de los familiares, quienes ejercen esta labor son, en el 85% de los casos, mujeres que se dedican de forma exclusiva y única al cuidado de los mayores, discapacitados, personas con enfermedad crónica incapacitante, o enfermos en estado terminal. Estos cuidados pueden durar desde unos meses hasta años.
Hay que reconocer que cuidar siempre es un trabajo complejo, porque se necesita empatía para entender a la persona cuidada y, a la vez, saber relacionarse con el resto de la familia y con los profesionales sanitarios y sociales.
La mayor parte de las veces, la actividad que desarrollan las personas cuidadoras requiere anteponer el cuidado de la persona dependiente a su propia vida familiar y personal. Esto supone, en muchos casos, dejar de relacionarse socialmente para dedicarse a la tarea del cuidado, soportando una gran carga física y emocional.
Por eso, las personas cuidadoras deben tener a su alcance todos los recursos necesarios que favorezcan su buen estado de salud, y puedan identificar y atender, en primer lugar, sus propias necesidades.
De esta manera, lograrán hacer frente con fortaleza física y emocional, los problemas y las dificultades diarias que surjan como consecuencia de la tarea que tiene que desempeñar. Por todo esto es imprescindible “Cuidar al cuidador o cuidadora”.