"Guardianas de la naturaleza para nuestro futuro colectivo"
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en diciembre de 2007 que, a partir del año siguiente, se celebrara en todo el mundo el Día Internacional de las Mujeres Rurales el 15 de octubre.
El objetivo de dicha celebración es reconocer “el papel fundamental y la contribución de las mujeres rurales, incluidas las mujeres indígenas, para mejorar el desarrollo agrícola y rural, mejorar la seguridad alimentaria y erradicar la pobreza rural”.
El lema del Día Internacional de las Mujeres Rurales para este año 2024 es el siguiente: "Mujeres rurales como sostenedoras de la naturaleza para nuestro futuro colectivo: construir resiliencia climática, conservar la biodiversidad y cuidar la tierra para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas".
Estas mujeres producen la mitad de los alimentos del mundo y protegen el medio ambiente. Como agricultoras, enfrentan y se adaptan al cambio climático mediante prácticas sostenibles, uso de semillas resistentes a la sequía, y liderando proyectos de reforestación. Su conocimiento ancestral y sus roles como empresarias y activistas las convierten en líderes en sus comunidades.
Desde el año 2017, de los 1,6 billones de mujeres rurales que se calcula que existen en todo el mundo, solo el 2% de ellas eran propietarias de la tierra que trabajan y recibían solo el 1% de todo el crédito destinado a la agricultura.
Las mujeres rurales, con su trabajo, alimentan a una parte de la sociedad, ayudan a preservar la biodiversidad, erradican el hambre de muchas comunidades, gestionan, además de las labores agrícolas, el cuidado de animales, del hogar, de la familia, la alimentación…
Pero, pese a su trabajo y productividad, tiene muy poco o ningún acceso a la tierra, a los materiales agrícolas, créditos, mercados, etc., tal como lo tienen los hombres que se dedican a realizar el mismo trabajo. Además, tampoco cuentan con un acceso equitativo a la educación, capacitación, infraestructuras y servicios básicos.
Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales -una cuarta parte de la población mundial-, es algo fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la acción climática.
Por todo ello se deben tomar todo tipo de medidas que les ayuden a que puedan seguir desarrollando tanto sus habilidades, como su capacidad de liderazgo.