El perdón
“El que piensa que sus pecados no pueden ser perdonados, con la desesperación se hace peor, como si ya, al desconfiar del fruto de su conversión, no le quedase otro recurso mejor que el ser malo”.
(De doctrina christiana, I, XVIII, 17).
Piensa en el perdón más que en el pecado
aunque antaño mil faltas cometieras;
aleja de tu mente las quimeras
y acude con confianza a tu Abogado.
Si dudaras de que eres perdonado
porque no eres capaz de convertirte,
ahí empiezas, hombre, a pervertirte
incrédulo al Amor que te ha salvado.
Tú nunca fuiste expósito perdido,
ni agraz en endulzada primavera,
ni bayón a merced del bravo río;
puede que fueras niño consentido
que hacía todo aquello que quisiera;
si hoy laboras, tu campo no es baldío.
Nazario Lucas Alonso