Orando con San Agustín

Agustinos


Gracia liberadora

“Si no hubiese perecido el hombre, no hubiera venido el Hijo del hombre. Se perdió el hombre por su libre voluntad.  Vino Dios al hombre por su gracia liberadora”. (Serm. 194, 2).

Gabriel con su visita te anunció

que  virgen y madre tú serías;

como virgen, a Dios humano harías;

como madre, Adán divinizó.

Fuiste, Nazaret, cuna del portento,

solicitud de Dios a la doncella;

eres tú, Belén, resplandor de estrella

contemplado en humano nacimiento.

Cálido pesebre es mi corazón

que acoge tu divina humanidad;

cual Gabriel, quiero ser anunciador

que expande por el orbe tu bondad

expresada en olvido y en perdón

de afanado e inquieto Buen Pastor.

     Nazario Lucas Alonso