Amor-caridad
“Quien tiene el propósito de amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo, no según el hombre, sino según Dios, se dice de él, por su amor, que tiene buena voluntad. Ésta, con más frecuencia, se llama caridad en las sagradas letras, aunque también en ellas recibe el nombre de amor. ( La Ciudad de Dios, XIV, VII.)
No importan los lugares, las distancias;
algo importan las formas y los modos:
a veces la lisonja es incomodo
que se debe olvidar con elegancia.
Ser amigo supone tolerancia,
hacer que la amistad supere todo;
si hay confianza, nombrar con un apodo
sin que esto nos aporte discrepancia.
Al final, lo que queda es la persona:
sus valores, su encanto, su candor.
Entre dos, el hablar es la corona,
pensil hermoso do crece linda flor.
Nazario Lucas Alonso