Cuánta alegría
“Contemplas la tierra y ves su hermosura, su fecundidad, sus energías… Lo que has encontrado en ella es como la voz de su confesión para que alabes al Creador”. (Enr. In ps. 144, 13)
Cuánta alegría infantil,
cuánto sol y cielo añil
disfrutamos
alumnos y profesores,
los pequeños y mayores.
Hoy jugamos
en el patio del colegio
gozando del privilegio
divinal:
ya llegó la primavera,
bella dama, jardinera
colosal.
Visitamos el jardín,
observamos el trajín
de una abeja
trabajadora afanosa
esperando en una rosa
su pareja.
Juntas volaron al cielo;
quisieron dejar el suelo
perfumado
para cinco mariposas
que bajaban temblorosas
del granado.
Se posaron en mi mano,
en un dedo cada una;
me sintieron como hermano
y no se asustó ninguna.
He guardado este recuerdo
en mi infantil corazón.
Hoy, todavía me acuerdo
con vivísima emoción.
Nazario Lucas Alonso