¡Hola, qué tal, cómo estás!
Este fin de semana pasado ha tenido lugar la CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE, organizada por MANOS UNIDAS, la Asociación de la Iglesia católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países en vías de desarrollo.
En los colegios y parroquias se han llevado a cabo diversas actividades con un doble propósito:
- Primero, dar a conocer y denunciar la existencia del hambre y de la pobreza, sus causas y sus posibles soluciones.
- Segundo, reunir medios económicos para financiar programas, planes y proyectos de desarrollo integral dirigidos a atender sus necesidades.
Y, esta campaña ¿por qué se hace? Porque existen en el mundo 700 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, y más de 783 millones que pasan hambre.
Si se desea ser seguidor de Jesús, hay que pensar, sentir y actuar como él lo hizo. Y, ¿cómo lo hizo?: rezando, acogiendo, perdonando, dando de comer, transmitiendo esperanza, amor, denunciando el mal, anunciando el Reino de Dios.
En este sentido, San Agustín nos dice:
“Jesús, nuestra Cabeza, al ascender al cielo, nos recomendó sus miembros sobre la tierra. En efecto, he subido al cielo, pero aún permanezco en la tierra; aquí me siento a la derecha del Padre, pero allá estoy hambriento, sediento, soy extranjero”
(Comentario a la 1ª carta de San Juan 10,9)
Oración
¡Señor; has perfeccionado mi amor, para que pueda superar las dificultades de este mundo. Dirige mi deseo hacia la casa celestial para que pueda enriquecerme de toda cosa que tiene valor a tus ojos!
(Enarraciones sobre el salmo 17,4)