Música: Parting Glass. Audionautix
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UN MUNDO AL LÍMITE
De tu mano, buen Dios, salió un mundo de luz.
Y en él nos pusiste a nosotros.
Y con nosotros contaste para perfeccionarlo y disfrutarlo.
Nos hiciste semejantes a Ti para que supiéramos cómo:
libertad, voluntad, inteligencia.
Humanidad bendecida.
Pero ya desde el principio no lo hicimos bien.
Y, sin embargo, no escondiste tu rostro ni alejaste tu mano.
Ahí has estado siempre. Ahí estás siempre.
Pero aquí nos tienes, en un mundo al límite;
Aquí nos tienes necesitando que ilumines nuestros corazones,
que orientes nuestras decisiones,
que tu gracia mueva nuestras acciones…
Te necesitamos para recuperar los cimientos
de un mundo, una naturaleza y una humanidad
que sean fuente de felicidad y alegría para todos.
Te necesitamos para pasar de la fiebre del disfrute de lo inmediato,
del individualismo, del consumismo,
de la idolatría del desarrollo a cualquier precio,
de las relaciones tensionadas hasta la violencia por las ideologías,
a la vivencia de lo auténticamente humano;
la que siempre estuvo en tu mente y tu corazón.
Esa vivencia que pasa por la búsqueda constante del bien común
más allá de los intereses más particulares,
por el apoyo en las verdades compartidas,
la solidaridad ante las necesidades,
el ejercicio de la justicia;
el respeto y la integración de la naturaleza.
En tu infinita sabiduría nos creaste con capacidad para todo esto.
¿Qué estamos haciendo con esos dones
cuando ponemos al mundo – y con él vamos nosotros –
al borde de un precipicio que conduce a la insatisfacción permanente
y la infelicidad?
No te cansas porque nos amas y amas tu creación.
Y constantemente nos llamas a abrir nuestro espíritu
a los caminos de vuelta…
Los que señalan la Buena Noticia del Evangelio,
los que anuncian las palabras de tu hijo Jesús.
Caminos de regreso al paraíso:
Equilibrio, armonía y hermosura.