Oh gran Padre Agustín,
marcado por la gracia,
merced a las lágrimas de tu santa madre Mónica.
Acudimos a ti para que nos ayudes a descubrir
el Camino, la Verdad y la Vida,
Jesucristo, “amigo del alma”,
en quien queremos confirmar nuestra fe.
Danos fuerza para seguir el camino del Bien y la Belleza.
Ilumina nuestra mente para saborear la Verdad.
Descúbrenos tu sensibilidad para vivir
y gustar las delicias de la amistad y la ternura.
Danos firmeza de ánimo para cumplir nuestros proyectos
y saciar nuestros deseos de libertad…
y así dar descanso a nuestro corazón,
que quiere ante todo “amar y ser amado”. Amén.
José Serafín de la Hoz Veros