A los niños en homenaje a su inocencia.
A los débiles para darles coraje.
A los enfermos para calmar su dolor.
A los amargados para endulzarles sus días.
A los tristes para contagiarles tu alegría.
A los egoístas para enseñarles a dar.
A los desesperados
para prodigarles esperanza.
A todos...
porque una sonrisa no cuesta nada
y sin embargo lo puede todo.
Cecilia Prezioso