¡Hola, qué tal, cómo estás!
Hoy, el Papa Francisco ha convocado una jornada de oración y ayuno para pedir el don de la paz, justo en el primer aniversario del ataque de Hamás a Israel.
Una paz que también está quebrantada en otros muchos, pequeños o grandes conflictos, a lo largo y ancho del planeta. De ahí que, el Papa llame a todos los creyentes del mundo, para que se unan en oración con una misma voz y corazón.
Pedir la paz a Dios es decirle que aumente en nosotros la fe, la esperanza y el amor, para ser capaces de trabajar por conseguirla. Porque Dios ya indicó a través de las palabras y la forma de vivir y actuar de su Hijo Jesús, cómo construir y mantener la paz.
Una paz que hay que hacerla realidad en lo profundo del corazón de cada uno, en las relaciones de pareja, en la familia, el trabajo, el colegio, la universidad, el deporte, la comunidad cristiana, la sociedad en general.
Pero ¿qué hacer? ¿cómo actuar? San Agustín nos da alguna pista. Escuchémosle:
“Obra justicia y tendrás la paz, para que así se besen la paz y la justicia. Si no amas la justicia, te faltará la paz. Estas dos virtudes: la paz y la justicia se aman y besan mutuamente, de tal modo, que quien obrase justicia encontrará la paz que abraza la justicia. Son dos amigas. Tú, tal vez quieras tener una, y, sin embargo, no ejecutas la otra. Nadie hay que no anhele la paz, pero no todos ejecutan la justicia. Si no amas a la amiga de la paz, no te amará la misma paz ni se acercará a ti”.
(Comentarios a los Salmos 84,12)
Oración:
“Señor, tú me has dado el libre albedrío, pero sin ti mi esfuerzo es vano. Ayúdame, pues tú eres el Creador que no abandona a su creación”.
(Enarraciones sobre el salmo 26,17)