Amistad y recuerdo
“¿Quiénes suelen o, al menos, deberían ser más amigos entre sí que los que conviven en una misma casa? Y, sin embargo, ¿quién está allí seguro cuando con frecuencia se dan allí tamañas contrariedades debidas a ocultos manejos, contrariedades tanto más amargas cuanto más dulce había sido la paz que se creía verdadera, pero que se simulaba con refinada astucia? La Ciudad de Dios, XIX, 5).
Si te vas, no te olvides mi recuerdo
porque en él tú conmigo siempre estás.
No seas mi verdugo, otro Caifás;
romperíase mi alma si te pierdo.
No siembres el otoño en surcos míos,
que mis campos rezuman primavera;
la cosecha madura es la primera
oferta de herreñales no baldíos.
Sabes bien que yo sueño estar contigo,
quiero ser de tu fuego llama ardiente
que funda en un proyecto nuestras vidas;
más que compañero, seré el amigo
que no sea a tu pena indiferente,
que ayude a levantarte en tus caídas.
Nazario Lucas Alonso