"Pervivencia de los monasterios de inspiración agustiniana"
En nuestro encuentro anterior de “Sabías que…”, vimos cómo en los monasterios fundados por San Agustín o que se crearon bajo su inspiración, había personas de toda condición y todas tenían los mismos derechos y obligaciones. Se les llamaba monjes.
Vivían el evangelio con intensidad, promovían el ideal de la vida evangélica en línea con la inspiración de San Agustín. Gracias a esto se revitalizó la vida de la Iglesia de África, convirtiéndose también los monasterios en centros de estudio.
Poco tiempo después de la muerte de San Agustín, el África romana y católica cayó bajo el ejército de los vándalos, tribus bárbaras del norte de Europa, cristianas pero arrianas.
Durante más de un siglo se alternaron períodos de paz y de persecución hacia los cristianos católicos. Los obispos, muchos de ellos monjes e impulsores del ideal monástico agustiniano, tuvieron que exiliarse o vivir escondidos. También los monasterios, tanto masculinos como femeninos, sufrieron mucho y, algunos de sus moradores, fueron martirizados.
Así, la forma de vida de los monasterios fue poco a poco desapareciendo, hasta que la invasión de los árabes les dio el golpe definitivo, cortando de raíz cuanto quedaba de cristiano en aquellas tierras.
Lo bueno de todo esto es que los monjes, que habían tenido que huir de África, se establecieron en el sur de Europa. Allí fundaron monasterios de inspiración agustiniana, de tal manera que, durante los siglos V y VI, la vida monástica se vio incrementada en Francia, España e Italia.
Las invasiones árabes llegadas a Europa les asentaron a los monasterios un nuevo duro golpe. Pero lo definitivo fue cuando el emperador Carlomagno, en el 811, impuso en sus reinos la Regla de San Benito, con exclusión de otras, como la de San Agustín. De ahí que, en una fecha que se desconoce, desaparecieron todos los monasterios de inspiración agustiniana.
Pero entonces ¿cómo es que ahora existe la Orden de San Agustín, hay comunidades agustinianas? Habrá que esperar a los próximos espacios de "Sabías que…" para averiguarlo.