Hecho hombre por amor
“El Hijo único de Dios por naturaleza se ha hecho Hijo de hombre por amor misericordioso hacia nosotros, a fin de que nosotros, hijos de hombre por naturaleza, lleguemos a ser en Él, por gracia, hijos de Dios”. (San Agustín, La ciudad de Dios, XXI, 15)
Vos me miráis de tal suerte
con sonrisa tan gozosa
que no sé más dulce cosa
que el deseo de tenerte.
Y de ella soy tan ufano,
esperanzado y contento
que no cambiaré un momento
por mil bienes de otra mano.
Y porque quiso mi suerte
contemplar tu faz gozosa,
eres, Jesús, dulce cosa:
el deseo de tenerte.
Hinco ante ti mi rodilla
con respeto sacrosanto
a la vez que entono un canto
y acaricio tu mejilla.
Mi aguinaldo es complacerte,
el tuyo es la bendición
que donas a mi oración
cuando te pide tenerte.
Nazario Lucas Alonso