"El trato con Dios y con los Hermanos"
Señalábamos en nuestro programa anterior de “Sabías que”, que Los agustinos no nacieron de manera específica para hacerse cargo de parroquias, tener colegios, ser intelectuales o ir a las misiones.
La Orden de San Agustín está abierta a hacer lo que le solicite la Iglesia, siendo este el único criterio que tiene para optar por un tipo de apostolado u otro.
Una necesidad que se manifiesta en un momento y lugar determinado. De ahí que se pueda encontrar a un grupo de agustinos en cualquier parte del mundo y haciendo multitud de tareas diferentes. Eso sí, siempre en comunidad.
Uno de los medios existentes para que los hermanos agustinos cumplan con la finalidad de la Orden, y vivan la espiritualidad agustiniana, es el trato con Dios y con los hermanos.
El religioso agustino halla la fuerza interior para ser fiel a su vocación en el trato con Dios a través de la oración. De ahí que, la comunidad agustiniana como tal, tenga establecidos unos tiempos concretos al día para dicha oración en común.
Ahora bien, ningún religioso ha de sentirse satisfecho por cumplir con ese mínimo comunitario. Por eso, cada hermano ha de potenciar su trato con Dios mediante la oración personal.
Como consecuencia, del trato continuo con Dios surgirá el adecuado comportamiento con los hermanos. Un comportamiento que se fundamenta en lo que Jesús les había indicado a sus discípulos en la última cena, cuando les pidió que se amaran unos a otro como Él les había amado.
Un amor, el de Jesús, que le llevó a dar la vida por los demás y a perdonar a aquellos que le estaban crucificando. Por eso, para Agustín es muy importante el perdón en la vida comunitaria de los religiosos, pues es señal de que se está avanzando en el encuentro con Dios.
En boca del obispo Agustín nos encontramos con lo siguiente: “Quien nunca pide perdón o no lo pide de corazón, sin motivo está dentro de la comunidad. Aunque no sea expulsado de ella”.
Y, hasta aquí, nuestro encuentro de hoy. El próximo día seguiremos hablando en el espacio “Sabías que”, de los medios para ser un buen y santo religioso agustino.