En Cristo lo somos todo
“Éramos pura nada, pero en Cristo lo somos todo. El que hizo el cielo y la tierra hizo suya la tierra, y al hacerla suya la hizo cielo”. (Serm. 130, 4)
El día primero
fue el aroma de las flores,
sus colores,
las caricias
de los céfiros,
el murmullo de las olas,
el reclamo del silencio.
Pasan horas,
y brotan cálidos versos.
!Oh, memorables momentos!
Mar Menor,
me has traspasado el alma
impregnada de tu recuerdo.
Nazario Lucas Alonso