PERLAS DEL TRABAJO EN FRATELLI TUTTI
Juan Fernández de la Cueva Martínez-Raposo
-Director del Secretariado diocesano de Pastoral del Trabajo de Madrid-
1.7.21
La mejor manera de ayudar a un pobre sin trabajo no es darle dinero sino posibilitarle un trabajo digno. “Porque no existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo” (FT 162).
Así lo atestigua una ecuatoriana llamada Reina, de 54 años, con estudios de psicología, que llegó a nuestro país hace 19 años. “Yo he trabajado sin parar en muchos sitios. Llegaba a mi casa de madrugada después de limpiar un restaurante. Siempre he tenido que estar en siete mil trabajos… Así he criado a mis hijas, pagando la guardería o dejándolas a cuidado de amigos… Pero ahora estoy muy contenta, contratada en el “Proyecto Hilanderas” de las Siervas de S. José en Málaga. Tengo un techo bajo el que dormir de alquiler. Mi esperanza es no quedarme sin trabajo. No importa tener riqueza, lo importante es tener salud, ir con la frente muy alta… El trabajo también dignifica” (Revista “Tú”, jun-jul 2021, p 6).
Este testimonio muestra que Reina se ha sentido más digna gracias a las Siervas de S. José, una institución eclesial, que le ha proporcionado trabajo estable. Con él ha conseguido la dignidad de ganarse la vida con su propio esfuerzo, cubrir el alimento de su familia, asegurar un techo, afianzar la educación de sus hijas… Y sobre todo, ha conseguido ser más protagonista del proyecto de su vida sin tener que depender de limosnas.
A Reina aún le falta encontrar la ocasión de desarrollar las capacidades y conocimientos que le dieron sus estudios de psicología. Eso también les pasa a jóvenes, como Ramiro, que abandonó el bachillerato para emplearse como reponedor y ayudar a su madre. Pero, gracias a Dios, encontró la “Federación de Plataformas Sociales Pinardi”, institución de los Salesianos, la cual con el programa “Primera Experiencia Laboral” (PEP) en los últimos seis años, ha logrado una inserción laboral superior al 60% de un total de 600 jóvenes (Alfa y Omega nº 1.219, p.12).
Esta misma es la respuesta que el papa Francisco propone para estas situaciones: “que la sociedad asegure a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas” (FT 162).
El papa Francisco anima a seguir esta misma senda para dignificar al trabajo más que dar dinero: “En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no solo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para completar dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo” (FT 162).
En el caso de estas dos instituciones eclesiales, el papa Francisco exalta el mérito de ejercer el “amor político”. “Porque un individuo puede apoyar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en el campo de la más amplia caridad, la caridad política” (FT 180).
En algunos ambientes eclesiales suena muy extraña esta expresión de la “caridad política”. Pero es fácil entender su significado cristiano. Las anteriores experiencias eclesiales de Rodrigo y Reina muestran que la caridad política no es una utopía inalcanzable. Solo exige la decisión y la capacidad para encontrar los caminos que la hagan realmente posible. Los elementos de los que se valieron los salesianos fueron el acompañamiento con estas características:
-
Tener como objetivo la promoción integral y no solo económica.
-
Mejorar las aptitudes y habilidades de cada persona para el trabajo y la confianza en sí misma para insertarse en una empresa.
Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. El papa Francisco anima a que este tipo de caridad esté vigente siempre en los planes pastorales de todos los ambientes diocesanos y parroquiales. No le tengamos miedo a la caridad política en el mundo del trabajo.
El mismo papa Francisco lo explicó el mes pasado con una claridad magistral en la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, Ginebra, 17-06-2021: “Si alguien ayuda a un anciano a cruzar un río, y eso es exquisita caridad, el político le construye un puente, y eso también es caridad. Si alguien ayuda a otro con comida, el político le crea una fuente de trabajo, y ejercita un modo altísimo de la caridad” (FT 186).
Atículo publicado en https://www.pastoralsocialmadrid.com