Texto: Agustín Riveiro, OSA
Música: Acousticguitar
Abrir nuestro corazón
La Navidad es regalar sonrisas. Inundar el hogar, la familia, y el barrio de amor. Es compartir lo que somos y tenemos. Salir de nosotros y seguir la estrella que nos lleva al encuentro de los más necesitados. Vivir y sentir la amistad. Ser ternura y esperanza. Es el día que une todos los tiempos. La Navidad no es solamente encender luces, sino más bien, ser luz en medio de la tiniebla y la oscuridad. Soñar la paz y la felicidad y procurar hacerlas realidad. Es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro.
La Navidad es la inocencia y el candor, la fascinación de vivir con la fe en un mundo mejor. Es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad y la caridad en el corazón. La Navidad no va sólo de abrir regalos, también trata de decir a los nuestros que les queremos. Desear tanta salud como agua tiene el mar. Ser generosos de verdad. Encontrar sentido en las palabras, acciones, gestos y actitudes de las personas que nos rodean. Es aprender de los errores para no volver a caer en ellos. La Navidad es ese dulce espacio donde los recuerdos, los abrazos y las risas, mandan, imperan.
Es una familia unida. Es el amor bajado a la tierra, un regalo precioso, de valor infinito. La Navidad nos da una maravillosa oportunidad de ponernos a pensar en el amor de Dios. No es abrir regalos, se trata de abrir nuestro corazón. Recordar a los que no están con gratitud y reconocimiento. El mejor mensaje de Navidad sale de la adoración y el silencio ante el Misterio.