Texto: Pilar Garrido Tomé

Música: El pequeño tamborilero - Gran Orquesta de Raúl Aguirre 

JUAN Y JESÚS

Buenos días.

Que en este año que empieza, no perdamos el Espíritu de la Navidad. Que sigamos siendo familia como Juan lo fue de Jesús y Luz que ilumine a los demás. En el Evangelio de este día le preguntan a Juan si es el Mesías, y él con toda su humildad les reconoce que él no es digno de desatar las correas de las sandalias al que va detrás de él, y que el que viene es el auténtico Salvador. Juan, amigo de la Verdad, contaba que alguien más fuerte que él, pero no de fuerza, si no de importancia, bautizaría con el Espíritu Santo en vez de con agua. Les dijo que no era el que esperaban, que él era, como dirían hoy los periodistas, una fuente autorizada para que los que le escuchaban, cumplieran la Ley de Dios y les advertía de la llegada de Alguien que, en su auténtico Amor, separaría lo malo de lo bueno en cada uno de nosotros, que con un Amor infinito transformaría todo. Los animaba a cada uno según su manera de entender a que se preparasen para acogerle.

No tenemos, este año que comienza, que pensar, como hacemos cada año, en cambiar de trabajo o ponernos nuevos retos; es tan fácil como seguir a Jesús, amarle hasta imitarle, así nuestro nuevo año será un poquito mejor. Al igual que Juan fue su primer discípulo, tomo su cruz y le siguió desde que Isabel le esperaba, así nosotros podemos intentar construir un mundo mejor y convertir la oscuridad en luz: una luz que transforma, que ablanda los corazones que se van convirtiendo en piedra; y limpiemos ese colesterol con mucho Amor, ese Amor que hace que cada día no sea un día más, porque Jesús ha vuelto a nacer entre nosotros. ¡FELIZ AÑO!

Buenos días.