Texto: P. Juan M. Paniagua Miguélez, OSA
Música: Amazing Grace - Kesia
ASUNCIÓN DE MARÍA
¡Buenos días!
Un día como hoy no necesita presentación, pues amén de lo que celebramos solemnemente con la liturgia de la Iglesia, son muchísimos los pueblos y ciudades que, en todo el mundo, celebran en este día su día grande. Que sea, por tanto, este día un motivo para una profunda y entrañable reflexión en torno al misterio de la Asunción de María. Hoy nos vamos a dejar guiar por una homilía del año 2005 del papa Benedicto XVI. Algunas de sus ideas las comparto ahora con vosotros:
La fiesta de la Asunción es un día de alegría. Dios ha vencido. El amor ha vencido. Ha vencido la vida. Se ha puesto de manifiesto que el amor es más fuerte que la muerte, que Dios tiene la verdadera fuerza, y su fuerza es bondad y amor.
María fue elevada al cielo en cuerpo y alma. En Dios también hay lugar para el cuerpo. El cielo ya no es para nosotros una esfera muy lejana y desconocida. En el cielo tenemos una madre. Y la Madre de Dios, la Madre del Hijo de Dios, es nuestra madre. Él mismo lo dijo. La hizo madre nuestra cuando dijo al discípulo y a todos nosotros: “He aquí a tu madre”. En el cielo tenemos una madre. El cielo está abierto; el cielo tiene un corazón.
María fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo. ¿Acaso así está alejada de nosotros? Al contrario. Precisamente al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros. Cuando estaba en la tierra, sólo podía estar cerca de algunas personas. Al estar en Dios y con Dios, María está cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna.
Por lo tanto, pongamos toda nuestra vida en manos de esta Buena Madre, que siempre nos escucha y que está muy cerca de cada uno de nosotros.
¡Feliz día de la ASUNCIÓN DE MARÍA!
¡Muy buenos días!