Texto: P. Miguel Ángel Herrero Gómez, OSA
Música: Claro de luna (Beethoven) - Richard Clayderman
Viviendo el Adviento
Buenos días.
Viviendo el adviento.
Así estamos, así sería bueno que tuviésemos conciencia de estar viviendo estos días de preparación y espera.
El adviento nos anuncia que se acerca la Navidad.
Es una acción de gracias porque viene el Señor.
Es una realidad gozosa: Dios viene.
Y nos preguntamos: ¿para qué viene?, ¿por qué viene?, ¿para quién viene?
Para ti, por mí, por nosotros… para todos.
El adviento es tiempo de espera y de esperanza.
Es la espera de un Dios que irrumpe en la historia de la humanidad por amor, que se hace uno de nosotros para que nosotros lleguemos a ser hijos de Dios.
El Adviento es un tiempo propicio de renovación; momento genuino para renovar nuestra fe, para vivir nuestro compromiso de transformar nuestra vida y nuestro mundo según el plan de Dios. Porque el adviento es una llamada a cambiar nuestra vida. Una llamada exigente:
“Contra la tristeza, el adviento nos pide verdadera alegría.
Contra el pesimismo nos pide ilusión.
Contra tanto consumismo, el adviento nos pide austeridad.
Contra el poder y dominio de algunos, nos pide servicio.
Contra la dureza de corazón, el adviento nos pide misericordia.
Contra la ambición nos pide humildad.
Contra la dejadez nos pide responsabilidad.
Contra el individualismo solidaridad.”*
¡Qué no se nos escape… vivamos el Adviento!
¡¡VEN, SEÑOR, JESÚS!!
* Tomado de https://www.padrenuestro.net/reflexion-para-el-primer-domingo-de-adviento-2015/