Texto: P. Miguel A. Herrero Gómez, OSA

Música: Hoy puede ser un gran día - J. M. Serrat 

HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA

Buenos días.

Hoy es 16 de enero y la verdad, no sé bien sobre qué escribir y/o reflexionar en estos “buenos días”.

El caso es que he buscado en internet y me he encontrado con varios datos, acontecimientos históricos, días internacionales o nacionales de distintas cosas… pero nada muy significativo, en principio.

Y de repente me ha asaltado esta idea: a menudo, la vida nos lleva a esperar momentos grandiosos para sentirnos plenos: una celebración, un logro, un evento significativo. Pero lo que realmente define nuestra existencia es la capacidad de vivir cada día con propósito y gratitud, incluso cuando no hay nada "especial" en el calendario. Porque, al final, lo que hace que la vida sea verdaderamente valiosa es cómo elegimos vivirla en lo cotidiano.

Cada amanecer nos brinda una oportunidad única para hacer de lo ordinario algo extraordinario. No es necesario esperar a un acontecimiento extraordinario para sentirnos completos. Lo que hace especial a cada día son las pequeñas elecciones que hacemos: el modo en que abrazamos la mañana, la sonrisa que compartimos con un desconocido, la paz que encontramos en un momento de serenidad. La belleza de la vida está en la capacidad de encontrar gracia en lo simple: en el aroma del café y la tostada recién hecha, en una conversación sincera, en el tiempo dedicado a cuidar de uno mismo o de los demás.

Es fácil caer en la trampa de la espera, pensando que algo "más grande" debe suceder para que nuestras vidas sean plenas. Pero la verdadera plenitud está en la manera en que vivimos lo cotidiano. Cada tarea, cada encuentro, cada silencio tiene un valor único si decidimos estar presentes. No se trata de hacer grandes cosas, sino de hacer todo con conciencia, con aprecio y con el corazón abierto a las maravillas pequeñas que a menudo pasan desapercibidas.

La vida no siempre será perfecta, ni todos los días serán grandiosos. Sin embargo, podemos elegir cómo vivir plenamente en medio de la rutina. El simple hecho de estar vivos es un regalo, y aunque no haya una ocasión especial, cada día puede ser una celebración si decidimos vivirlo con la misma pasión y gratitud que le otorgaríamos a un día festivo.

Así que hoy, haz de este día uno memorable. No importa si no hay eventos extraordinarios en tu agenda. Haz especial lo ordinario: siente el sol en tu rostro, agradece por los pequeños logros, encuentra un momento para sonreír. La vida es un conjunto de momentos cotidianos que, al sumarse, construyen una existencia plena y significativa.

Recuerda que la “Gracia” está en cada momento, y la grandeza de la vida se encuentra en saber vivir cada día con intensidad, amor y agradecimiento, sin esperar a que algo “especial” suceda.

Por cierto, hoy es el día de la croqueta. No conozco a nadie que no le gusten las croquetas. Así que hoy, 16 de enero, es un buen día para rendir un sabroso homenaje a una de las delicias de la vida cotidiana:

“¡Camarero!, ¡una ración de croquetas!”

Y ya que estamos, sintoniza la canción de Serrat: “Hoy puede ser un gran día”.

Hoy puede ser un gran día y mañana también…

¡Buenos días!