Un anhelo

Publicado el 02/07/2024
Agustinos


Texto:  Agustín Alcalde, OSA
Música:  Acousticguitar

No te disperses

El anhelo es una palabra casi olvidada del castellano, no digamos utilizada en el día a día o incluso en las reflexiones personales o de grupo. Me voy a pasear con esta palabra (anhelo) por este “buenos días“.

La mejor traducción o equivalencia de la palabra es “deseo vehemente”, incluso ansia… Estoy comenzando a pediros deteneos A PENSAR O VIVIR CON ANHELO.

Si me hacéis caso es probable que muchos de los que escucháis o leéis esto comencéis a pensar con una cierta ansiedad; pero mejor sería que lo sintierais como un GRAN DESEO.

Un gran deseo que nos puede llevar hasta la vehemencia de conocernos mejor, vivir más felices, siendo más conscientes de lo que somos y deseamos.

Estoy diciendo que es importante aprender a vivir en la interioridad de nuestro ser o de la condición humana con tal profundidad que podríamos ir a informarnos en Kierkegaard o a Mounier o a Edith Stein que en murió en 1942 en las cámaras de gas de Auschwitz y que fue beatificada en 1987. Estamos navegando juntos desde la filosofía o la sicología a hablar más de mindfulness algo así como lo que desde siglos ha sido la meditación o la paz interior.

Algunos hablan, por tanto, de retorno a lo sagrado, a lo más profundo del ser humano. Podríamos también decir que entramos entrando en “el misterio” del ser y vivir para, en plenitud, no solo en lo externo sino también interiormente.

La prisa nos ha llevado un poco a todos a olvidar muchos horizontes que se hacen viables a través de la búsqueda: saber mirar de otro modo, ir a la hondura de las cosas y las personas. En resumen, ir al interior de uno mismo para ser y crecer. Ese “ir al interior” podría recoger lo que también se llama interioridad.

Agustín de Hipona nos deja con su vida y escritos una “hoja de ruta” que se resume en una pequeña sentencia: “noli foras ire, in te ipsum redi, trascendere te ipsum”. No te disperses en el ruido, en la superficie, ve a una búsqueda interior regresando al corazón, transciéndete a ti mismo como ideal de vida. La historia de la espiritualidad cristiana nos presenta también a Eckhart, Tomás de Kempis, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Ellos supieron habitar su propio corazón y vivir desde el centro de su ser.

Dicho de otro modo, necesitamos una búsqueda del sentido en la vida. Y una de las figuras paradigmáticas de este sentido o camino es Simone Weil (1909-1943). Ella dispuso de una gran sensibilidad ante el sufrimiento de los demás y hacia la injusticia.

El estudio: “Recuperar el corazón. La interioridad como cuestión hoy” de María José Mariño CM editado en la Revista de Espiritualidad, 75 (2016), 161-187 nos puede ir desvelando nuestro propio anhelo o nuestro “gran deseo” de ir a nuestro interior para ser mejores personas.  BUENOS DÍAS.