Texto: Pablo Tirado, OSA
Música: Bensound cute
La vida como entrega. Preparando el Corpus
En estos tiempos casi aciagos de prolongadas promesas electorales, nos hemos acostumbrado a escuchar todo tipo de promesas que dan, ofrecen, regalan desde viviendas a puestos de trabajo, desde bonificaciones a entradas de cine. Pero, además de pensar que es una absoluta falacia, nos componen a un ser humano como “receptáculo” de lo dado y ofrecido, como si lo que necesitara fuera más recibir, acoger. Como si la culminación de sus más altas expectativas fuera tomar pasivamente lo que otros le dan.
Con todo lo que de positivo sería considerarlo en la línea de la receptividad contemplativa, sin embargo, este estilo de vida es más una acogida sin protagonismo ni merecimiento, que, por otra parte, no favorecería el crecimiento del proyecto personal, al margen de que consiste en acoger promesas de difícil realización.
Ante esto, los cristianos esta semana tenemos el recuerdo siempre presente de otro estilo de vida: la entrega apasionada, el día del Corpus Christi. Aparte de las tradiciones surgidas en torno a la adoración del Santísimo Sacramento, el Corpus nos lleva al misterio de la vida de Jesús en la Última Cena y, por ello, al recuerdo y actualización de un mandato inexorable.
La presencia de Jesús, es una llamada constante a toda la humanidad a vivir con y como él y cumplir el mandato que hizo en aquella noche del Jueves Santo: “Tomad, esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros, haced esto, en memoria mía”. Las palabras de Jesús, son un mandato a cumplir lo que Él hizo; se entregó por todos y para todos, y pide que hagamos lo mismo, en memoria suya; por eso, el seguidor de Cristo, debe hacer lo que hizo el Maestro, debe seguir su camino, debe entregarse a Él, entregándose a los hermanos, manifestando en detalles concretos su amor.
Por este motivo, la fiesta del Corpus Christi, es la fiesta de la Caridad, del verdadero amor, de la entrega total y de la cercanía de Dios, por eso es la gran oportunidad para celebrar el día de CÁRITAS, hacer visible el amor de Dios en la entrega al hermano.
Por este motivo, a diferencia de los políticos, antes de ofrecer limosnas, cada creyente debemos plantearnos ante quién y cómo debemos manifestar el amor de Dios: voluntariado, perdón, paciencia, compromisos reales y honestos, denuncia social de injusticias, acompañar la soledad, consolar la enfermedad,...esto es el Corpus y esto es el día de Cáritas. Y nuestras limosnas, siempre necesarias, serán consecuencia y expresión de esa vida como entrega a los demás.