Perdónanos, Señor, por nuestras faltas de amor,
nuestros arrebatos, nuestros prejuicios,
nuestra indiferencia, y todo lo que mata el amor.
Perdonános, Señor, por no saber perdonar,
por no saber reconciliarnos con nosotros mismos,
y, menos aún, con los otros.
¿Cuándo será que sabremos amar como tú amas?
¿Cuándo será que sabremos amar al otro por él y por ti?
Perdona la fealdad de nuestra mirada.
Somos humanos, Señor, perdónanos.
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