"Hacer un mundo más sostenible"
El 21 de octubre se celebra cada año el Día Mundial del Ahorro de Energía. El origen de esta fecha no está muy claro, pero el FORO ENERGÉTICO MUNDIAL (World Energy Forum) se hizo eco de la misma y se celebra desde el año 2012.
En dicho año, el Foro se celebró en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), y allí se estableció que, para el año 2030 (Objetivo nº 7 de Desarrollo Sostenible), se debería garantizar el acceso universal a una energía asequible, segura, sostenible y moderna.
El objetivo de este día mundial es que las personas reflexionen y tomen conciencia de la necesidad del ahorro de la energía para hacer un mundo más sostenible. Esta concienciación no debe ser solo de un día, sino que tiene que durar todo el año, pues de ello depende la existencia de nuestro planeta.
Actualmente, las fuentes de energía se dividen en dos grandes tipos, las energías renovables y las energías no renovables, también llamadas a veces energías fósiles.
Las energías renovables son todas aquellas que, cuando se explotan, no degradan el medio ambiente, al menos no al nivel de las otras y, si se hace realmente bien, no se degrada, y no se consumen a sí mismas (como por ejemplo la solar, la eólica o la hidráulica).
Por su parte, las energías fósiles no renovables, son aquellas que proceden de combustibles que tienen su origen en la fosilización de materia orgánica de hace millones de años y, que dan como resultados, combustibles que se pueden quemar para transformarlos en energía útil para el ser humano (carbón, petróleo y gas natural principalmente).
Así mismo, también cabría mencionar otro tipo de energías que, sin ser renovables, tampoco se pueden catalogar como fósiles. Este tipo de energía correspondería con la energía nuclear, obtenida a partir del uranio y el plutonio, y la de los biocombustibles, entre los que se puede incluir desde el biogás a la madera o leña tradicionales.
Por eso, los gobiernos tienen que hacer un uso racional de los recursos energéticos o buscar alternativas que favorezcan el medio ambiente. Y, las personas, en su vida cotidiana, pueden llevar a cabo acciones concretas de ahorro de energía. Las cuales, aunque parezcan pequeñas e insignificantes, si se suman todas ellas pueden llegar a tener repercusiones importantes.
¿Qué cosas muy simples y sencillas se pueden hacer para ahorrar energía?
- Utilizar la luz natural mientras sea posible.
- Utilizar bombillas de bajo consumo.
- Controlar el uso de la calefacción y el aire acondicionado.
- Procurar descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sin la utilización del microondas.
- Planchar todas las prendas en una sola tanda.
- Evitar abrir y cerrar constantemente la nevera.
- Desenchufar todo tipo de dispositivos o cargadores que no se necesiten, pues estos consumen energía, aunque no lo parezca.
- Poner sensores de automatización del alumbrado para que se active la luz del lugar sólo cuando se utilice.
- Utilizar los medios de transporte públicos.