Betao Gracia de Kotor
Nació el 27 de noviembre de 1438 en Mula, una pequeña aldea de la bahía de Cáttaro, hoy Kotor, en la República de Croacia que formó parte de la antigua Yugoslavia hasta el año 1991 que alcanzó su independencia.
Gracia era un hombre de mar y vivió entre comerciantes, marineros y pescadores de las costas dálmatas hasta la edad de treinta años. En uno de sus viajes entró en un templo de Venecia y le conmovió tanto el sermón pronunciado por el agustino Simón de Camerino que decidió entrar en la misma Orden. Como no había manejado demasiado los libros, fue aceptado de hermano no clérigo en el convento de Monte Ortone, cerca de Padua, que se distinguía por su celo disciplinar.
El hermano Gracia trabajaba en el jardín. Su ciencia fue Dios, la belleza, las flores tempranas, los trinos de los pájaros, el trabajo como si fuera un deber de oración y de alegría. En el vitral humano de la vida consagrada hay profesores universitarios y misioneros que gastaron sus días lejos de su país, educadores y escritores de libros, hortelanos y encuadernadores, jóvenes y de edad longeva, obispos y no clérigos...Una amplia enciclopedia de humanidad, de historias empapadas de gestos de evangelio. Ante Dios nadie puede exhibir títulos y orlas, solo abrir de par en par la modesta biografía personal y confesar, a media voz, la pretensión de haber ofrecido a los demás gratuitamente lo que somos y tenemos.
Abundan relatos sobre la austeridad de vida y la fama de santidad del hermano Gracia. Se distinguió por su humildad, espíritu de penitencia y amor a la Eucaristía. Cuando ya había cumplido setenta años, enfermó gravemente y murió el 9 de noviembre de 1508 en la isla de Murano, en el archipiélago de Venecia. Los restos mortales del beato Gracia descansan todavía hoy en la iglesia de Mula, su lugar de nacimiento.
León XIII confirmó su culto en 1889.