“Tenedlo presente, hermanos: en el huerto del Señor no sólo hay rosas de los mártires, sino también lirios de las vírgenes y las yedras de los casados, así como las violetas de los viudas. Ningún hombre, cualquiera que sea su género de vida, ha de desesperar de su vocación” (Sermón 304, 2).
Abundoso bejuco en sonidos conformado,
cerúlea melodía del ruido librada,
textura de sones bellamente armonizada
supo il prete rosso signar en papel pautado.
Si grande fue el numen, superior fue la belleza
desplegada totalmente en la floración plena;
no hubo allí carillón heraldo de luna llena,
sí sonó el reventón de feraz naturaleza.
Romero el corazón, encontró la armonía
-plural ambrosía y ecuménica tisana-,
crestón de aroma, aliento de lila, lirio y grana
protegido por lozana y verdinegra umbría.
Oh primavera, ajorca de pétalos y sones
grabada en pentagramas y en versos de poetas,
sensual tentación de místicos anacoretas,
no perturbes la paz, perfuma los corazones.
Nazario Lucas Alonso