Orando con San Agustín

Agustinos


 

“No porque Dios hubiera previsto lo que iba a querer nuestra voluntad, va a dejar ésta de ser libre. Quien esto previó, previó algo real. Ahora bien, si quien previó el contenido futuro de nuestra voluntad tuvo conocimiento no de la nada, sino de algo real, se sigue que, según esa misma presciencia, algo depende de nuestra voluntad”. (La Ciudad de Dios, V, X, 2)

Vuela, sube, hazte blanca gaviota.

Reverberan en el mar algas verdes;

si no dejas de mirarlas, te pierdes;

tu ansiada libertad quedará rota.

Vuela, sube, hazte sencilla paloma.

Sujeta la rama de verde olivo,

lleva la paz al inocente cautivo,

expande en el aire el más fino aroma.

Vuela, sube, canta, ágil golondrina,

cruza mares verdes y playas de oro;

es tu inocencia el más rico tesoro,

gaya anunciadora, veloz culebrina.

Yo, siempre contigo, seré viajero,

libertad proclamaré al mundo entero.

     Nazario Lucas Alonso