“Cristo es Dios, y Cristo ha nacido de los hombres. Sólo se procuró madre en la tierra quien tenía ya Padre en los cielos. El mismo que, nacido de Dios, es nuestro Creador, es también nuestro Reparador, nacido de una mujer. No te extrañe, oh hombre, ser hijo de Dos por la gracia”.
(San Agustín, Tratado sobre el Evangelio de san Juan, 2, 15)
¡Muy graciosa es la doncella
como es bella y hermosa!
Decide, jornalero,
que en la esteva servías
si el ocaso, o la luna, o la estrella
es tan bella.
Decide, peregrino,
cuando al destino llegas
si la aurora, o la lluvia o la meta
es tan bella.
Decide, pastorcito,
cuando el rebaño guardas
si el rebaño, o el valle, o la sierra
es tan bella.
Nazario Lucas Alonso