“No teme la crítica el enamorado de la verdad, pues o se censura como adversario o como amigo. Si el enemigo insulta, se ha de tolerar; si yerra el amigo, se le ha de adoctrinar, y si enseña, ha de ser escuchado. La alabanza del que desbarra es confirmación del error; la adulación incita y arrastra al engaño. ´Castígueme el justo con misericordia y repréndame; mas no ungirá mi cabeza el óleo del pecador´´. (La Trinidad, II, 1)
PROCURE el hombre engreído
reprimirse la jactancia;
observe que la ignorancia
valorea al instruïdo.
Extraño es al mal nacido
revelar sabiduría,
bondad, cariño, alegría.
Identidad de los sabios:
oración y píos labios.
Soberana alegoría.
Nazario Lucas Alonso