El sepulcro nuevo
“El sepulcro nuevo donde nadie había sido sepultado es como el seno virginal de María, donde, ni antes ni después, ningún mortal había de nacer por seminación de varón”. (De la Trinidad, IV, 5, 9)
Fuiste elegida, María,
por Madre del Creador;
Madre te hizo el Redentor
en sangrienta epifanía.
Eres también madre mía;
me confieso pecador,
te pido, madre, el favor:
sed mi consejera y guía.
¡Oh, ceguera de mis ojos!
¡Oh, dura y terca conciencia!
¡Oh, corazón obstinado!
¿Cuándo mostró Madre enojos?
¿No veis que la Providencia
por María ha aconsejado?
Abrazo de Madre e Hijo,
gran lección de regocijo.
Nazario Lucas Alonso