Orando con San Agustín

Agustinos


 

“Nuestro fin debe ser nuestra perfección, y nuestra perfección es Cristo. En él nos perfeccionamos porque somos miembros de la misma cabeza”. (Comentario al salmo 52, 6).

 Mi vocación es alcanzar la altura

    sorteando los ocres y esmeraldas;

    la tarea no es fácil, es muy dura;

    mas mi espíritu me dice: sigue, avanza.

    Arriba está la meta, está la luz,

    el rojo rosicler de la mañana;

    sí, sí, cedros del Líbano cayeron,

    pero Israel no perdió la esperanza.

    Soslayando peñascos y barrancos,

    cruzando de perfil las torrenteras,

    notaré que es más fácil el acceso

 y suaves se me harán altas laderas.

 Mi vocación es alcanzar la altura.

 ¡Manda, Señor; Tú manda lo que quieras!

                   Nazario Lucas Alonso