“Yo mismo, al discurrir sobre estas cosas, veo en mí, cuando amo, tres elementos: yo, lo que amo y el amor. No amo el amor, sino amo al amante, porque donde no se ama no hay amor. Luego son tres elementos: el que ama, lo que se ama y el amor”. (San Agustín, De la santísima Trinidad, IX, 2, 2).
Mente humana, grandeza y dignidad.
Grandeza del amor, si el amor ama.
Grandeza humana que en sí se derrama,
fruto maduro de causalidad.
Trinitario reflejo en ti guardado,
cuerda tensa esperando pulsación
colmada de belleza y emoción;
ser humano, en trinidad expresado.
Mente que te amas, si a ti te conoces;
conocimiento que lleva al amor;
amor conocido en la inteligencia;
tres seres distintos, fuente de goces;
en Dios, tres personas y un solo Actor.
Las tres son divinas, una su esencia.
Nazario Lucas Alonso