“Todos los días hay combates en nuestro corazón. Cada hombre, en su corazón, lucha con un ejército. Los enemigos son la avaricia, la gula, la popularidad; todos le hacen guerra. A todos presenta batalla y aborrece, pero es difícil que alguno no le cause alguna herida”. (Comentario al salmo 99, 11)
¡Qué trágico momento!
¿Será esto el final?
¡Con el suelo otro encuentro,
Jesús divinal!
Temeroso me miras,
¿me pides perdón?
¡Yo sigo abriéndote heridas
con mi negación!
Has caído tres veces
cual ruin perdedor,
pero mi ego no cede
ni se abre a tu amor.
¡Concédame una espina
tu cruel corona
y me cambie la vida
a la hora de nona!
Nazario Lucas Alonso