Os presentamos un decálogo para no perder el tono espiritual en esta época estival.
https://pastoraljuvenil.es/blog/los-mandamientos-del-verano/
Esperamos que os inspire y sirva.
- Amarás a Dios y este verano no le darás largas… Ya sabes que Él abre, por vacaciones, su corazón de par en par y espera que acudas a “su agencia” para planificar juntos un verano memorable.
- Su nombre y su vida alcanzarán, por fin, el número uno en la lista de tu corazón. Ah, y cuanto más suene, más semanas se mantendrá en el candelero.
- Señalarás en rojo todos y cada uno de los días de este verano. Vestirás tu corazón de fiesta y acudirás a “tantísimos chiringuitos” en los que Dios te espera con los brazos abiertos.
- Regalarás a los tuyos, a tu familia, a tus padres, a tu gente, un viaje, con todos los gastos pagados, por el interior de tu corazón… Harás de guía turístico, mostrándoles las maravillas que Dios ha depositado en ti.
- Darás a luz, durante este verano, a lo mejor que hay en ti… Desenterrarás los talentos que Dios te ha concedido y allí donde te encuentres, los pondrás al servicio de tus hermanos.
- No adulterarás este tiempo que Dios te regala con sustancias impuras, tales como la rutina, el cansancio, el estrés, el consumismo, el aburrimiento, el “todos los veranos lo mismo”…
- Robarás, sí, sí, así, tal como suena, robarás todos y cada uno de los minutos que pasas frente al televisor, tumbado en el sofá, debajo de la sombrilla o abriendo, cansinamente, la boca… y los dedicarás, en cuerpo y alma, a ser más feliz, más auténtico, más persona.
- Recuerda que con la verdad se viaja a todas partes. Y como tú posees la Verdad, tan sólo tienes que mostrarla para pasar un verano de ensueño.
- No convertirás tu corazón en un cementerio de chatarra, deseando un verano o unas vacaciones a base de talonario.
- Te alegrarás del crucero del vecino, de las vacaciones de mes y medio de tu compañero de trabajo, del chalecito en la costa de tus amigos… y sobre todo y lo más importante, disfrutarás, como un niño con zapatos nuevos, de un verano con Dios a tu lado…
JOSÉ MARÍA ESCUDERO