“Contemplas la tierra y ves su hermosura, su fecundidad, sus energías... Lo que has encontrado en ella es como la voz de su confesión para que alabes al Creador”. (Inr. in ps. 144, 13).
Contempla la tierra,
contempla su hermosura,
sus fértiles campos,
sus múltiples semillas
verdes sin sembrarse.
Contemplas e interrogas,
y tú te respondes
totalmente admirado:
“No has podido hacerte
tú misma, tierra;
te ha hecho Dios”.
Así te confiesas, hombre.
¡Alaba, alaba, al Creador!
Nazario Lucas Alonso