Música: Parting Glass. Audionautix
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Señor de la vida, dador de toda vida.
Me nace del corazón agradecértela con todo lo que es y tiene.
La vida propia y la ajena.
La sana y la enferma.
La que empieza y la que termina.
¿Cómo no valorar siempre ese regalo tuyo tan enorme?
Enorme y sagrado. Fuente de nuestra dignidad.
Valorarla es cuidarla, quererla,
poner todos los medios para que crezca,
se afiance, dé fruto.
Como la semilla.
Si es más pequeña, si es más débil,
Más cuidado y más atención necesita.
Así me lo haces saber en tu evangelio,
y así me invitas a experimentarlo.
Un don sagrado… ¡Y un misterio!
¿Por qué a veces nos sentimos sus dueños?
¿Dónde la compramos? ¿Qué precio pagamos?
No somos dueños, solo afortunados depositarios.
No es don para consumir; es don para regalar.
Don para ser donado. Vida para dar vida.
Integrada con los demás. Integrada con la naturaleza.
Comunión.
Comunión con uno, con los demás;
con todo lo demás. Contigo.
Danos tu gracias, tu sabiduría, tu luz,
para que todas nuestras acciones sean portadoras de vida.
Y ábrenos a la VIDA NUEVA,
la que nace de tu cruz y tu resurrección.
Ábrenos a tu propuesta:
Vivir es amar