Música: Gregoire Lourne, Africa the Cradle of life
¿Cuánto deberás trabajar?
¡Atención! Dios en cierto modo, ha puesto en venta el reino de los cielos. Y le preguntas: ¿Cuánto cuesta? Él te contesta: Su precio es el esfuerzo en tu trabajo. Si dijera: —Su precio es oro, esto no sería suficiente; preguntarías qué cantidad de oro, puesto que hay diversidad de monedas, como de medias onzas, de libras y de monedas diversas. Te ha manifestado el precio, para que no te cansases buscando hasta que lo hayas encontrado. El precio de la eterna felicidad es tu trabajo y sus fatigas. ¿Cuánto deberás trabajar? Míralo tú a ver cuánto deberás trabajar. No se te dice cuán fatigoso será, ni cuánto ha de durar tu trabajo. Lo que sí te dice Dios es: "Yo te mostraré cuán grande va a ser aquella felicidad y aquel descanso; juzga tú con cuánto trabajo ha de comprarse". Que diga, pues, el Señor cuán largo ha de ser aquel descanso. Dichosos los que habitan en tu casa; te alabarán por los siglos de los siglos. Este es el descanso eterno; no tendrá fin; este es el gozo que no tiene fin; esta alegría, esta incorrupción no tendrán fin; tendrás la vida eterna, el descanso que no tiene fin. ¿Cuánto trabajo merece un descanso que no tiene fin? Si quieres calcular el precio y medirlo en realidad, el eterno descanso habría que comprarlo con un trabajo eterno. Este es su justo precio. Pero no tengas miedo: Dios es misericordioso. Porque si necesitaras trabajar eternamente, jamás llegarías al eterno descanso.
(San Agustín, Comentario a los Salmos 93,24)