Píldoras de San Agustín

Escrito el 23/12/2024
Agustinos


 

¡Hola qué tal, cómo estás!

La celebración de la Navidad no es solo recordar algo que ocurrió en el pasado, el nacimiento de Jesús, sino de algo que acontece ahora, en el presente, pues Jesús también nace hoy si lo aceptamos en el corazón. Y, además, es un anticipo de su venida definitiva al final de los tiempos.

Así, en la Nochebuena se unen el pasado, el presente y el futuro de Jesús y, junto con él, el de toda la humanidad. Desde la fe afirmamos que, en el niño que ve la luz en Belén, Dios entra de forma personal en la historia terrena de los hombres y mujeres, y la convierte en historia de salvación.

Estos días, con tantas crispaciones, guerras, violencias, muertes, le decía al Señor en la oración: necesitamos un maestro, un guía, un ilusionador de mentes y corazones. Y, al momento, Él me contestaba: pues ya te mandé a mi Hijo Jesús, tu hermano mayor.

Es cierto, asentía, lo que pasa es que no le hacemos mucho caso, le vemos lejos. Por eso, urge recuperar a Jesús en esta Navidad para vivirlo como nos indica San Agustín en el siguiente texto:

“Id hacia Dios, hombres, directamente a través de Cristo. El Verbo que estaba lejos de vosotros se ha hecho hombre en medio de vosotros. Cristo es tanto el camino sobre el que andáis, como el puerto hacia el cual dirigís vuestro camino”.

(Sermones 261.7)

Oración:

”Haz que ahora te busque, Señor, volviéndome hacia ti. Y haz que me vuelva a ti, creyendo en ti, pues nos has sido anunciado. Mi fe se dirige a ti; una fe que tú has inspirado en mí por medio de la encarnación de tu Hijo, por medio del ministerio de tu anunciador”.

(Confesiones 1,1)