Píldoras de San Agustín

Escrito el 05/08/2024
Agustinos


 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

Supongo que muchos de vosotros estaréis en lugares de descanso, de sosiego, de ocio; con los familiares, los amigos; en la playa, el campo, la montaña.

Allí donde estéis y con quien estéis, seguramente seguiréis en contacto con el resto del mundo a través de Internet, el televisor, la radio, la prensa. Y es que, actualmente, no hay forma de alejarse, de evadirse de la realidad del mundo que nos rodea.

Así, en estos días estamos al tanto de algo alegre como los Juegos Olímpicos de París, pero, también, de los conflictos, violencias, guerras que siguen adelante en todos los rincones del planeta.

No hay duda de que el contraste entre nuestra situación de vacaciones, de descanso, y la situación trágica por la que pasan muchas personas en otras partes se hace más evidente en estos días.

Y ¿qué podemos hacer? Pues los cristianos sabemos que hay que esforzarse para cambiar el mundo, para no caer en la tentación del mal, pero también que hay pedírselo a Dios, rezar para que sea una realidad. Así nos lo recuerda San Agustín:

“Sin duda debemos orar para no caer en la tentación. Esto lo niegan los que afirman que no es necesaria la ayuda de Dios para que la humanidad se libere del pecado, que es suficiente el querer humano, el cual solo conoce la ley. Tales personas no deberían ser escuchadas y deberían ser rechazadas por todos, sin excepciones”.

(La justicia humana 4,41)

Oración:

“Señor Jesús, has sufrido por nosotros, no por ti mismo. Has soportado el castigo sin culpa alguna, para abolir la culpa y el castigo.”

(Sermones 136,6)